Cada año, durante la festividad del Corpus Christi, Barcelona se engalana para celebrar una de sus tradiciones más singulares y encantadoras: l’ou com balla. Esta costumbre, que se remonta al siglo XV, consiste en hacer «bailar» un huevo vacío sobre el chorro de agua de una fuente, decorada con flores y frutas de temporada. El espectáculo, que combina simplicidad y simbolismo, se ha convertido en un emblema de la identidad festiva de la ciudad.
Un ritual de origen incierto y múltiples interpretaciones
La primera referencia documentada de l’ou com balla data de 1440, en los libros de cuentas de la Catedral de Barcelona, donde se registran gastos para decorar la fuente del claustro con motivo del Corpus Christi. Aunque su origen exacto es desconocido, existen diversas teorías al respecto. Algunas sugieren que podría derivar de juegos de agua practicados por los musulmanes en los patios interiores, donde hacían balancear objetos sobre chorros de agua. Otras hipótesis apuntan a una influencia italiana, relacionada con costumbres napolitanas introducidas durante el reinado de Alfonso el Magnánimo. También se ha interpretado como una representación simbólica de la Eucaristía, donde el huevo simboliza la hostia y la fuente el cáliz.
Simbolismo y significado
Más allá de su origen, l’ou com balla encierra un rico simbolismo. El huevo, tradicionalmente asociado a la vida y la fertilidad, representa la regeneración y el renacimiento, conceptos estrechamente ligados a la primavera, estación en la que se celebra el Corpus Christi. El acto de hacer bailar el huevo sobre el agua puede interpretarse como una metáfora de la vida en constante movimiento y equilibrio.
Preparación y desarrollo de la tradición
Para lograr que el huevo «baile» sobre el chorro de agua, se vacía su contenido a través de un pequeño orificio, que luego se sella con cera para añadir peso y estabilidad. Una vez preparado, se coloca cuidadosamente sobre el surtidor de la fuente, donde el flujo de agua lo mantiene en movimiento sin que caiga. Las fuentes se adornan profusamente con flores como claveles y ginesta, así como con frutas de temporada, especialmente cerezas, creando un entorno visualmente atractivo y festivo.
Espacios emblemáticos para disfrutar de l’ou com balla
Aunque la tradición comenzó en el claustro de la Catedral de Barcelona, con el tiempo se ha extendido a numerosos espacios de la ciudad. Algunos de los lugares más destacados donde se puede contemplar este espectáculo son:
- La Casa de l’Ardiaca
- El Museo Frederic Marès
- El Ateneu Barcelonès
- El claustro de la Basílica de la Purísima Concepción
- El Monasterio de Pedralbes
- El Museo Marítimo de Barcelona
Estos espacios, muchos de ellos de gran valor histórico y arquitectónico, abren sus puertas al público durante la festividad, permitiendo a los visitantes disfrutar de l’ou com balla en entornos únicos y llenos de encanto.
Una tradición viva y en constante evolución
L’ou com balla no solo ha perdurado a lo largo de los siglos, sino que ha sabido adaptarse y expandirse, convirtiéndose en una de las manifestaciones culturales más queridas de Barcelona. Cada año, la celebración se enriquece con actividades complementarias como alfombras florales, conciertos, exposiciones y talleres, que refuerzan el carácter festivo y participativo del Corpus Christi. Además, la tradición ha traspasado las fronteras de la ciudad, siendo adoptada en otras localidades catalanas como Sitges, Tarragona, Vic, Manresa, Igualada y Reus, lo que evidencia su arraigo y relevancia en la cultura catalana.