Hasta el 26 de octubre de 2025, Barcelona acoge una nueva edición del Festival Wimen, un proyecto multidisciplinar que celebra el talento, la creatividad y la visión crítica de las mujeres y personas no binarias en el ámbito de la cultura contemporánea. El festival reúne propuestas artísticas, debates, talleres y encuentros en distintos espacios de la ciudad, con el objetivo de abrir preguntas, compartir saberes y generar una red activa de pensamiento y creación feminista.
Más que un evento cultural, Wimen es una plataforma de visibilidad y acción que busca transformar las estructuras culturales dominantes a través del arte, la palabra y el diálogo. Con una programación que cruza disciplinas —desde la música y el cine hasta la filosofía, la tecnología o la performance—, el festival propone una mirada transversal y comprometida con las luchas sociales y los discursos críticos actuales.
Una programación que rompe moldes
Wimen destaca por su capacidad para crear un programa inclusivo y desafiante, que pone en primer plano voces poco escuchadas dentro del circuito artístico convencional. Cada actividad está pensada para generar reflexión y emoción, desde conciertos que mezclan tradición y electrónica, hasta performances que exploran los límites del cuerpo, la identidad o la memoria colectiva.
Además de los espectáculos, se incluyen mesas redondas, conferencias y charlas donde pensadoras, activistas, artistas y profesionales de distintos ámbitos comparten ideas y experiencias. Esta fusión entre creación artística y pensamiento crítico convierte al festival en un espacio de resistencia y posibilidad, donde cada intervención es también una forma de imaginar otros futuros posibles.

Espacios diversos, ciudad abierta
El festival no se limita a un único lugar, sino que se despliega por múltiples espacios de Barcelona, tanto institucionales como alternativos. Museos, centros culturales, librerías, teatros, salas de conciertos, pero también espacios autogestionados, acogen actividades que dialogan entre sí y con su entorno. Esta descentralización territorial es también una declaración de intenciones.
Al ocupar espacios diversos, el festival conecta con públicos igualmente diversos y favorece el acceso a propuestas culturales que, de otro modo, quedarían restringidas a circuitos muy concretos. Wimen se plantea como una invitación abierta a la ciudad: a caminarla, habitarla, cuestionarla y transformarla desde el arte y el pensamiento. El mapa urbano se convierte así en un tejido cultural vivo y en movimiento.
Miradas feministas en el centro del relato
En el corazón del Festival Wimen se encuentra el compromiso con una mirada feminista interseccional. No se trata solo de visibilizar a mujeres artistas o pensadoras, sino de cuestionar los marcos que han definido históricamente la cultura desde la exclusión o la jerarquía. El festival apuesta por contenidos que abordan el género junto a otras variables como la clase, la raza, la orientación sexual o la diversidad funcional.
Esto se refleja en los temas que atraviesan la programación: cuidados, cuerpos, maternidades, sexualidades, violencia, ecología, lenguaje o nuevas tecnologías. Todo ello desde una perspectiva que prioriza la escucha, el encuentro horizontal y la construcción colectiva del conocimiento. Cada pieza artística o conversación es también una herramienta para releer el mundo con otras lentes.
Un espacio para la experiencia compartida
Una de las claves del éxito de Wimen es su dimensión comunitaria. Más allá de las actividades programadas, el festival se vive como un punto de encuentro entre personas que comparten inquietudes, luchas y deseos de cambio. No es solo un lugar donde asistir a eventos, sino también donde participar, conversar, aprender y tejer vínculos desde el respeto y la complicidad.
Esta atmósfera facilita que el público se sienta parte del proceso, y no solo espectador. En muchos casos, los talleres, las sesiones participativas o las propuestas abiertas generan momentos de intercambio real, donde las fronteras entre artista y audiencia se difuminan. Así, Wimen se consolida como un espacio donde la cultura no se consume, sino que se construye colectivamente.
Cultura transformadora, presente y futura
Wimen no es un festival que se conforme con repetir fórmulas. Su ambición es convertirse en un motor de cambio dentro del ecosistema cultural de Barcelona y más allá. En tiempos de crisis, polarización y precariedad, este tipo de propuestas demuestran que la cultura puede ser también un acto político, una práctica de cuidado y una vía para imaginar otros modos de estar en el mundo.
La edición de 2025 refuerza esta vocación, apostando por contenidos que combinan riesgo, emoción, pensamiento y sensibilidad. Quienes participan en el festival, desde cualquier lugar o disciplina, lo hacen con la convicción de que otra cultura es posible: más justa, más plural, más honesta. Y durante unos días, gracias a Wimen, esa otra cultura se hace visible, habitable y profundamente inspiradora.