Mar i cel: el adiós de Dagoll Dagom con su musical más emblemático

Mar i cel: el adiós de Dagoll Dagom con su musical más emblemático

Mar i cel regresa al Teatre Victòria en la que será su última reposición, y con ella se despide también Dagoll Dagom, la compañía que ha marcado la historia del teatro musical catalán durante cinco décadas. Este clásico moderno, visto por más de un millón de personas desde su estreno en 1988, vuelve a escena por cuarta vez como homenaje final a una trayectoria que ha sabido combinar emoción, compromiso y espectacularidad.

Basado en la obra de Àngel Guimerà, con música de Albert Guinovart y libreto de Xavier Bru de Sala, el musical narra un amor imposible entre dos mundos enfrentados: una joven cristiana y un corsario morisco. Una historia que sigue resonando por su profundidad emocional y su vigencia simbólica.

Una historia de amor y conflicto cultural

La trama se desarrolla en 1609, año de la expulsión de los moriscos. Saïd, un corsario argelino, captura un barco cristiano en el que viaja Blanca, una joven valenciana. Lo que comienza como una relación de odio se transforma, con el paso del tiempo, en una historia de amor intensa, marcada por la incomprensión, el fanatismo religioso y las heridas históricas entre Oriente y Occidente.

Más allá del romance, Mar i cel pone en escena el conflicto entre culturas, el precio del exilio y la lucha por la identidad. Es un musical que no teme hablar de lo político y lo emocional al mismo tiempo, combinando escenas de gran potencia dramática con momentos de lirismo musical y belleza visual.

Àngel Guimerà: romanticismo, identidad y compromiso social

Àngel Guimerà (1845–1924) es una de las figuras más destacadas de la literatura catalana del siglo XIX y principios del XX. Nacido en Santa Cruz de Tenerife pero arraigado desde joven en Cataluña, Guimerà fue un autor central del movimiento de la Renaixença, tanto por su uso del catalán literario como por su capacidad para conectar con un público amplio y transversal.

Su teatro combina una gran potencia lírica con un agudo sentido del conflicto humano. Obras como Terra baixa, Maria Rosa o la propia Mar i cel son claros exponentes de un estilo que mezcla el romanticismo con un incipiente realismo social, centrado en las tensiones morales, los dilemas de clase y las pasiones intensas. En particular, Mar i cel, estrenada en 1888, es una obra de juventud donde ya se aprecian los temas que lo obsesionaron a lo largo de su carrera: la lucha entre el deber y el deseo, la injusticia histórica, la opresión social y el amor como vía de redención y de tragedia.

Guimerà fue también un hombre comprometido con el catalanismo político y cultural. Su candidatura al Premio Nobel de Literatura en 1904, que fue frustrada por presiones políticas y lingüísticas, es un símbolo del reconocimiento —y la resistencia— que acompañó su figura. En Cataluña, su obra ha sido leída como una afirmación de identidad nacional y lingüística, sin renunciar nunca a la dimensión humana y universal de sus personajes.

La adaptación musical de Mar i cel conserva ese pulso romántico y ese trasfondo social que caracterizan a Guimerà, traduciéndolos en una forma escénica espectacular pero profundamente fiel a su espíritu literario.

Dagoll Dagom: medio siglo de revolución teatral

La compañía Dagoll Dagom, fundada en 1974, es una de las grandes impulsoras del teatro musical moderno en Cataluña. Su trabajo ha sido clave para renovar el panorama escénico en lengua catalana, con montajes que han sabido equilibrar el entretenimiento con la reflexión crítica y el compromiso cultural. Desde sus inicios, el grupo ha apostado por un teatro popular pero exigente, que no rehúye temas complejos ni retos técnicos.

Entre sus montajes más recordados se encuentran Antaviana (1978), basado en relatos de Pere Calders; Flor de nit (1992), ambientado en el Paral·lel barcelonés; El Mikado (1986), T’odio amor meu (1995) o Cop de rock (2011). Pero ha sido Mar i cel su producción más emblemática, la que ha conseguido emocionar generación tras generación con una puesta en escena espectacular y una partitura inolvidable.

A lo largo de sus 50 años de historia, Dagoll Dagom ha sabido cultivar un estilo propio: narrativo, visual, con música en directo, grandes elencos y una escenografía muy cuidada. Ha trabajado con algunos de los mejores compositores, escenógrafos, directores y actores del teatro catalán. Y ha hecho escuela: muchas de las grandes figuras actuales del musical catalán han comenzado su carrera en sus producciones.

Con esta nueva reposición de Mar i cel, la compañía pone punto final a su trayectoria con una obra que es, en sí misma, su testamento artístico: una síntesis de su lenguaje, su sensibilidad y su compromiso con la cultura catalana.

Una producción cuidada al detalle

La dirección de esta nueva versión está a cargo de Anna Rosa Cisquella y Miquel Periel, con dirección musical de Joan Vives y Sergi Cuenca. La escenografía y el vestuario —diseñados por Montse Amenós e Isidre Prunés— mantienen el impacto visual característico del montaje, con el mítico barco como epicentro de la acción. La iluminación de Albert Faura refuerza los momentos más emotivos y épicos.

El elenco de esta edición incluye a Jordi Garreta como Saïd y Alèxia Pascual como Blanca, junto a un amplio reparto coral que da vida a las tensiones entre los cautivos cristianos y la tripulación morisca. Las coreografías, los coros y la orquesta en directo aportan una riqueza escénica que sitúa este musical al nivel de cualquier gran producción internacional.

Un legado cultural y generacional

Mar i cel no es solo un musical, es patrimonio cultural. Su éxito no se mide solo en entradas vendidas —más de un millón desde 1988—, sino en el impacto que ha tenido en el imaginario colectivo catalán. Escenas como el dúo entre Saïd y Blanca, el motín de los prisioneros o la impresionante obertura con la nave surcando el mar han quedado grabadas en la memoria de varias generaciones.

La obra ha sido representada en ciudades como Madrid, Bilbao, Valencia y Palma, y también ha cruzado fronteras con una versión en la Ópera de Halle, Alemania. En paralelo, ha generado adaptaciones, grabaciones discográficas y ahora también una novela gráfica firmada por Coralí Espuña, que será publicada por Yermo Ediciones el 10 de abril.

Última oportunidad para disfrutarlo

Esta cuarta y última reposición estará en cartel hasta el 13 de julio de 2025, con un total de 303 funciones previstas y más de 300.000 entradas vendidas. Ya se han agotado localidades en casi 200 funciones, y se espera un cierre por todo lo alto. Para facilitar la accesibilidad, los días 27, 28 y 29 de junio se ofrecerán funciones con subtítulos adaptados, audiodescripción y otros recursos para personas con discapacidad sensorial.

Este montaje supone la despedida definitiva de Dagoll Dagom de los escenarios, y por tanto también la última oportunidad de ver Mar i cel tal y como la han concebido sus creadores. Es un adiós simbólico, cargado de emoción, que cierra medio siglo de historia teatral con el mismo respeto al público, al arte y al país con el que comenzó.


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