El Barrio Gótico de Barcelona, con sus calles angostas y plazas escondidas, es un tapiz tejido con historias y leyendas que datan de siglos atrás. Este laberinto de piedra esconde en su corazón misterios y narrativas que han sobrevivido el paso del tiempo, convirtiéndolo en uno de los rincones más fascinantes de la ciudad. Hoy, nos adentraremos en algunas de las leyendas más cautivadoras que este histórico barrio tiene para contar.
La leyenda de Santa Eulalia
Santa Eulalia, co-patrona de Barcelona, es una figura central en la mitología de la ciudad. La joven mártir, quien desafió al imperio romano por su fe cristiana, encontró un trágico final en las calles del Barrio Gótico. Se dice que fue sometida a trece martirios, uno por cada año de su corta vida, antes de ser finalmente crucificada en una cruz en forma de X. La Catedral de Barcelona, una joya gótica que domina el barrio, alberga en su cripta los restos de Santa Eulalia, y sobre el tejado, trece ocas blancas viven en su honor, simbolizando cada uno de los martirios que sufrió.
El Puente del Obispo
Cruzar el Puente del Obispo es como caminar por una página de un libro de cuentos medieval. Este puente gótico, que conecta la Casa dels Canonges con la Generalitat, es el protagonista de una leyenda que habla de celos y rivalidades. Cuenta la leyenda que dos arquitectos, hermanos, estaban en constante competencia. Uno de ellos construyó el puente, pero antes de que pudiera terminarlo, murió misteriosamente. Se rumorea que fue su hermano quien lo asesinó por envidia. Hoy, una calavera con un cuchillo entre los dientes adorna el puente, recordando a los transeúntes la mortal rivalidad entre los hermanos.
El fantasma de la Plaça Sant Felip Neri
La Plaça Sant Felip Neri es uno de los rincones más tranquilos y encantadores del Barrio Gótico, pero también uno de los más trágicos. Durante la Guerra Civil Española, la plaza fue el escenario de un bombardeo que causó la muerte de varias personas, incluidos niños que se refugiaban en la iglesia. Se dice que, en las noches silenciosas, se pueden escuchar los ecos de sus pasos y risas, como si los pequeños aún jugaran en la plaza, ajenos a la tragedia que les arrebató la vida.
La Casa de l’Ardiaca
La Casa de l’Ardiaca, hogar del Archivo Histórico de la Ciudad, es el escenario de una de las leyendas más románticas del Barrio Gótico. Se cuenta que un archivero se enamoró perdidamente de una doncella, cuyo padre se oponía a su unión. Desesperado, el joven pidió ayuda a un brujo, quien le entregó una carta de amor mágica para conquistarla. Sin embargo, la carta se perdió en el camino y nunca llegó a manos de su amada. Hoy, una escultura de un buzón con una ranura en forma de boca, situada en la entrada de la Casa, simboliza esta historia de amor no correspondido.
Cada rincón del Barrio Gótico está impregnado de historias que esperan ser descubiertas, convirtiéndolo en un lugar donde el pasado y el presente se entrelazan de manera única. Estas leyendas, apenas un susurro de todo lo que el barrio tiene para contar, invitan a perderse en sus calles y plazas, en búsqueda de los secretos que aún aguardan ser revelados.