La Trobada Nacional de Gegants en Barcelona, prevista para el 28 de abril de 2024, se perfila como un hito histórico y cultural, tanto por su envergadura como por su significado. Este año, la celebración tiene un resonante eco en la historia, ya que conmemora 600 años de la tradición gegantera en Cataluña, una práctica que ha sido el núcleo de la cultura popular y festiva de la región.
La tradición de los gigantes tiene raíces profundas en Cataluña, con la primera referencia documentada que se remonta a 1424. Estas figuras monumentales, que personifican reyes, nobles y figuras míticas, han sido durante siglos protagonistas de las festividades locales, representando la identidad cultural y la historia de las comunidades. Con el tiempo, esta costumbre se ha extendido a muchas partes de España, pero es en Cataluña donde ha encontrado un especial arraigo y desarrollo.
Este año, la Trobada Nacional de Gegants no es solo una reunión festiva; es un homenaje a seis siglos de una tradición viva. La ausencia de la elección de una Ciutat Gegantera para 2024 ha dado pie a que esta Trobada Nacional ocupe un lugar central en las celebraciones, marcando el evento como uno de los más significativos en la historia reciente de la cultura gegantera.
La celebración contará con cuatro cercaviles o desfiles que partirán a las 11 de la mañana desde puntos emblemáticos de Barcelona: el Parc de la Ciutadella, el monumento a Rafael de Casanova, el Born y la estación del Nord. Convergerán en el Passeig de Lluís Companys, culminando frente al Arco de Triunfo, donde tendrán lugar los bailes protocolarios y la gran fiesta final.
Organizada por la Agrupació de Colles Geganteres de Catalunya y la Coordinadora de Colles Geganteres de Barcelona, con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona, la Diputació de Barcelona y la Generalitat de Catalunya, la Trobada espera ser una de las más grandes jamás realizadas. Más de 200 colles o grupos de gigantes se darán cita en la ciudad, provenientes de todo Cataluña y más allá.
La Trobada Nacional de Gegants es más que un evento; es una manifestación de identidad cultural, un recordatorio de la riqueza del patrimonio catalán y una oportunidad para la comunidad gegantera de reafirmar su compromiso con la preservación de esta tradición ancestral. La participación masiva y la diversidad de las colles reflejan el profundo arraigo y la relevancia contemporánea de los gigantes en la cultura catalana.