El Teatro Romea presenta hasta el 3 de agosto de 2025 la obra Gegant, una adaptación catalana de Giant, el aplaudido montaje que triunfó en el West End de Londres. El texto, de Mark Rosenblatt, transcurre en una sola tarde veraniega dentro de una casa en obras y gira en torno a una entrevista entre Roald Dahl y una representante editorial que cuestiona sus polémicas declaraciones de 1983 sobre Israel. Con un lenguaje ágil y una estructura que mezcla drama e ironía, Gegant propone una reflexión sobre la memoria, la libertad de expresión y los grises morales.
El montaje destaca por su equilibrio temático: aborda la cultura de la cancelación y el perdón sin caer en la polarización, y lo hace en catalán con una puesta en escena elegante y minimalista. Tras su éxito londinense —tres premios Olivier, incluido el de Mejor Espectáculo—, esta versión dirigida por Josep Maria Mestres llega al Romea con la misma fuerza y convicción, respaldada por un excelente reparto.
Un texto lleno de actualidad moral
En Gegant, lo que parece un encuentro periodístico se transforma en un duelo verbal entre Dahl, encarnado por Josep Maria Pou, y una interlocutora feroz. El argumento explora la tensión entre el artista y su obra, especialmente cuando la opinión pública se revuelve contra el creador. El ambiente confinado de la casa en obras acentúa la intensidad del duelo emocional, invitando al espectador a posicionarse en esa delgada línea entre la empatía y el juicio.
El texto de Rosenblatt rescata una controversia real y la lleva al presente, sacudiendo la comodidad moral del público. Esa relevancia contemporánea ya fue valorada por la crítica catalana, que aprecia cómo la obra “desmenuza la figura de Roald Dahl” y la sitúa en un contexto de debate ético necesario.
Josep Maria Pou, un gigante escénico
Josep Maria Pou, nato en Mollet del Vallès en 1944, es uno de los pilares del teatro español. Con una trayectoria de más de cincuenta montajes —trabajando con Shakespeare, Brecht, Ibsen, Valle-Inclán— y múltiples reconocimientos —Premio Nacional de Teatro, diversos Premios Max y Sant Jordi de Cinematografía—, Pou aporta autoridad y profundidad al personaje de Dahl. Como director artístico del Teatre Romea desde 2019, su presencia en escena añade una capa de compromiso personal.
En Gegant, Pou encarna al autor con una mezcla de físico reconocible (calvo, figura alargada) y una potencia interpretativa que lo sitúa en uno de sus mejores momentos a sus ochenta años. La crítica destaca que “está en plena forma y demuestra que tiene cuerda para rato”.
Dirección y elenco: solidez colectiva
La puesta en escena recae en Josep Maria Mestres, quien imprime ritmo y contención a una obra de diálogo sostenido. La escenografía, a cargo de Sebastià Brosa, reproduce fielmente el ambiente de una casa en reformas, generando una escenografía simbólica y funcional.
El reparto se orienta a servicio del texto: Victòria Pagès, Pep Planas, Clàudia Benito, Aida Llop y Jep Barceló dan vida a los principales interlocutores de Dahl, desde su pareja hasta editores y personal de casa, añadiendo capas de humanidad y contrapunto. No se buscan florituras, sino honestidad y claridad dramatúrgica.
Un éxito que se consolida
Desde su estreno el 5 de julio de 2025, Gegant se ha convertido en uno de los éxitos del Festival Grec, con sesiones prácticamente agotadas hasta el 3 de agosto. La crítica subraya la “magnífica ejecución” y la potencia del montaje, resaltando especialmente la interpretación de Pou.
La acogida confirma que Barcelona está ávida de proyectos teatrales capaces de combinar actualidad, puesta en escena cuidada y voces con peso escénico. Gegant cumple esas condiciones con creces.
Un teatro de reflexión necesaria
En la trayectoria reciente del panorama barcelonés, esta obra se destaca por su capacidad para generar debate sin sacrificar calidad ni intensidad emocional. Habla de cómo enfrentamos nuestros referentes cuando se equivocan, de qué ocurre con el perdón y hasta qué punto el creador puede separarse de su creación.
En un momento en que la libertad de expresión y el juicio moral se cruzan a diario, Gegant ofrece una oportunidad para pensar sin imponer; resuena en las mentes del público mucho después de bajar el telón, y lo hace sin caer en el panfleto, sino a través del arte dramático riguroso.