En el corazón del Paseo de Gràcia, el museo White Rabbit – The Off-Museum ha llegado para transformar la manera en que se vive y se entiende el arte en Barcelona. Este espacio cultural disruptivo fusiona arte, tecnología y entretenimiento, ofreciendo una experiencia única que atrae tanto a locales como a turistas. Con más de 1.200 metros cuadrados y diez instalaciones inmersivas, White Rabbit redefine el concepto de museo, convirtiéndolo en un entorno dinámico, interactivo y lleno de sorpresas.

Una apuesta por la vanguardia artística en Barcelona
El White Rabbit reúne a algunos de los artistas más destacados y visionarios de la escena contemporánea de Barcelona. Entre ellos se encuentra TVBOY, conocido por su provocador arte urbano que mezcla crítica social y humor, así como Mina Hamada, cuya obra se inspira en las tradiciones populares catalanas, reinterpretándolas a través de su vibrante lenguaje abstracto. También destaca Onionlab, un estudio multidisciplinar que utiliza tecnologías de última generación para crear instalaciones audiovisuales inmersivas. Su sala Esclat, por ejemplo, presenta un impresionante espectáculo 360 que reimagina elementos icónicos de la arquitectura y el arte barcelonés, como los vitrales modernistas, el trencadís y las fuentes de Montjuïc, mediante inteligencia artificial.
Otra de las colaboraciones que destacan en el White Rabbit es la de La Fura dels Baus, quienes traen su reconocida capacidad de sorprender y provocar al diseño de la sala Bocabadat, una experiencia que combina tecnología y teatro experimental. Además, la instalación Farra Playmodes, desarrollada en colaboración con la icónica discoteca Razzmatazz, ofrece un espacio donde música y arte digital convergen para sumergir al espectador en un mundo de estímulos visuales y sonoros.

Una experiencia inmersiva para todos los públicos
El White Rabbit no es un museo convencional. Con un enfoque inmersivo y participativo, invita a sus visitantes a interactuar con el arte de formas inesperadas. Entre sus espacios más destacados se encuentran un cubo inmersivo con proyección LED 360 grados, una sala de realidad virtual, una infinity room que juega con reflejos infinitos y perspectivas imposibles, así como esculturas y murales digitales que redefinen el uso del espacio expositivo.
Diseñado para atraer a una audiencia diversa, el museo es ideal para visitar en familia, con amigos, en pareja o en grupo. Tanto los pequeños como los adultos encontrarán algo que los fascine y los conecte con la creatividad y la cultura catalana. Con entradas que comienzan en 15 euros y descuentos para familias, grupos y colectivos específicos, el White Rabbit es accesible para una amplia variedad de visitantes. Los menores de seis años, además, pueden disfrutar de la experiencia de manera gratuita.

Redefiniendo la experiencia cultural en Barcelona
El White Rabbit no solo se limita a sus exposiciones permanentes. Con el lanzamiento de su programación mensual Nits al White Rabbit, el museo busca convertirse en un verdadero epicentro cultural en la ciudad. Este ciclo de eventos pone en valor el talento emergente y la creatividad local, al tiempo que ofrece a los visitantes una oportunidad de disfrutar de actuaciones únicas en un entorno envolvente.
El objetivo del White Rabbit es claro: ofrecer una reinterpretación innovadora de la cultura catalana. Desde su diseño hasta las obras que alberga, este espacio pretende ser un puente entre la tradición y la modernidad, entre el visitante y el espíritu más auténtico de Barcelona. Tal y como explica Enrique Vives, General Manager y fundador del museo, la propuesta de un “Off-Museum” es una ruptura intencionada con la idea de un museo tradicional: en lugar de ser estático y contemplativo, este nuevo modelo es dinámico, evolutivo y profundamente conectado con su entorno.

Un homenaje a Barcelona y su creatividad
Ubicado en el emblemático Bulevard Rosa, el White Rabbit es mucho más que un museo. Es una invitación a redescubrir Barcelona y sus tradiciones a través de una mirada contemporánea. Desde la inmersión en sus salas hasta la conexión con la vibrante escena artística local, cada detalle ha sido diseñado para inspirar la creatividad y ofrecer una experiencia inolvidable.
El nombre White Rabbit evoca la figura del conejo de Alicia en el País de las Maravillas, actuando como una especie de guía que invita a los visitantes a adentrarse en una madriguera llena de sorpresas. Este concepto se traduce en una atmósfera que combina lo mágico con lo tecnológico, lo tradicional con lo disruptivo, convirtiendo cada visita en un viaje inolvidable por el arte y la cultura de Barcelona.